La inseguridad alimentaria (la falta de acceso constante a alimentos suficientes para todos los miembros de un hogar, en particular alimentos nutritivos y de alta calidad) suele conducir a una nutrición deficiente, que puede tener repercusiones para toda la vida.
Las personas que viven en zonas con inseguridad alimentaria tienen más probabilidades de desarrollar enfermedades crónicas como diabetes, cardiopatías, obesidad, mayores probabilidades de sufrir infartos e incluso mayor riesgo de cáncer.